De misión en el Centro "Oasis" Usme - Colombia
Centro Oasis, presencia misionera
Bogotá es la tercera megaciudad de la región latinoamericana con una población que puede llegar a los 13 millones contando las poblaciones periféricas – dormideros de la ciudad -.
En medio de esta gran urbe, de su caótico día a día donde la economía de muchos hogares se mueve en el mal llamado “rebusque” es decir, en el trabajo que pueda salir para sobrevivir, muchos jóvenes y familias buscan capacitarse para obtener mejores empleos o actividades de emprendimiento que les sostengan y les dignifiquen.
La Iglesia ha sido pionera desde siempre en buscar salidas. Un proyecto interesante es el de las Hermanas Carmelitas Vedrunas, religiosas que han hecho presencia desde hace décadas en el sur de la ciudad, primero en Santa Librada (zona de Usme), y luego en el barrio el Oasis, también de esta zona.
Tuve la gran alegría durante estas vacaciones de Verano de viajar a Colombia, y conocer esta misión. La casa está inmersa en el barrio el Oasis, nombre que viene bien al ver la obra de las hermanas como el pozo en el cual estas gentes pueden “beber”. El centro Oasis, es el núcleo evangelizador de la zona: colabora con la parroquia en formación catequística, sacramental y litúrgica; tiene un edificio donde se brindan cursos de capacitación no formal a los jóvenes que les permite hacerse competentes en computación, música, artes plásticas y otros; ofrece servicio de biblioteca y refuerzos académicos a los niños de toda la zona; ayuda a las madres con los peques en una guardería. Un taller de costuras y artesanías para madres cabezas de hogar. Socorren con mercados a las familias que rondan la miseria, y ofrecen refrigerios a todos los niños y jóvenes que asisten. Además visitan a las familias manteniendo el contacto misionero. Mucho de esto se logra gracias a las colectas misioneras en
Las hermanas son cuatro, viven en una casa sencilla dentro del barrio; tres de ellas son españolas, entre ellas la Hna. Pilar que es leonesa, y una hermana colombiana. Su presencia es silenciosa, como las cosas de Dios, pero muy significativa; la capilla es el centro de su hogar de donde sacan fuerzas para seguir adelante a pesar de tanta dificultad.
Oremos porque el Señor sostenga esta obra que tanto bien hace a esta comunidad y que aun tiene mucho que dar. También por las vocaciones misioneras de esta comunidad y las que la Iglesia necesita para su misión. También porque se susciten manos generosas que quieran ayudar en este gran proyecto misionero del centro el Oasis.
Apoyo con mercados a 50 familias
Etiquetas: CONVIVENCIA, EVENTOS, EXPERIENCIAS, FOTOS, NUEVA EVANGELIZACIÓN, SOLIDARIDAD, VIDA CONSAGRADA
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