La revista 'Studium Legionense' dedica un número extraordiario de dos tomos a la figura del obispo Don Julián López con motivo de los aniversarios de su ordenación presbiteral y episcopal

En el acto de presentación que acogía esta mañana el Seminario Mayor se glosó, a modo de homenaje, la figura de Don Julián desde las perspectivas litúrgica y de servicio pastoral a la Diócesis de León

León, 17 de febrero de 2020

(Artículo tomado de la página oficial de la Diócesis de León)

La presentación esta mañana del número extraordinario de la revista ‘Studium Legionense’, editado por el Centro Superior de Estudios Teológicos de León (CESET), se convertía en un homenaje a la figura del obispo de León, Don Julián López, con motivo de L aniversario de su ordenación presbiteral y el XXV de su ordenación episcopal. Todo en un acto académico que acogía el salón de actos del Seminario Mayor, con destacada presencia de representantes institucionales, autoridades civiles y militares, responsables diocesanos de la Provincia Eclesiástica encabezados por el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, sacerdotes de la Diócesis, seminaristas y numerosos fieles que llenaban el salón y ante quienes pronunció un mensaje de bienvenida el secretario del Centro Superior de Estudios Teológicos de León, Juan Manuel Sánchez para, a continuación, explicar la motivación de este número extraordinario 59/60 correspondiente a los años 2018/2019 que en dos tomos y a lo largo 1.087 páginas ofrece un acercamiento a la figura de Mons. López Martín desde los apartados “La Liturgia en la Historia”, “Teología Litúrgica”, “Liturgia y Ministerio” y “Lex Vivendi”.

RECONOCIMIENTO Y GRATITUD

“Reconocimiento y gratitud son las palabras que desvelan los sentimientos que dan razón de ser a las páginas que componen el presenta volumen de nuestra revista Studium Legionense”, afirmó Juan Manuel Sánchez al iniciar el acto, quien señaló que “haberle conocido, colaborar en su labor ministerial o participar en su pasión por el estudio son las razones por las que el presente número de nuestra revista Studium Legionense se ha convertido en vocero de esos afectos, con la invitación a los miembros del Claustro del Centro Superior de Estudios Teológicos, a hermanos suyos en el episcopado, a sus compañeros en la Asociación de liturgistas, a los delegados diocesanos de Liturgia, a sus colegas universitario y, en fin, a todos aquellos que, gustosamente, han querido rendirle este tributo de reconocimiento y gratitud”. Además, en su intervención del secretario del Centro Superior de Estudios Teológicos de León (CESET) quiso remarcar de manera especial que “no puede ser ajena en modo alguno a esta celebración la evocación de su constante preocupación por Centro Superior de Estudios Teológicos de León, lugar de formación de los futuros sacerdotes diocesanos, un interés especial del que es muestra evidente la reiterada solicitud por mantener la afiliación del Centro a la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca”.

VOCACIÓN SACERDOTAL Y LITÚRGICA

Y en ese tono de homenaje y gratitud se desarrollaba todo el acto, que proseguía con la semblanza litúrgica de Mons. Julián López Martín, que trazaba el profesor de CSET, responsable de la Delegación de Liturgia y director del secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el sacerdote diocesano Luis García Gutiérrez, quien quiso evocar “en unas pobres palabras humanas el misterio que se esconde tras una vida dedicada al Señor y, en concreto, al estudio y la divulgación del misterio del Señor, proclamado, celebrado y actualizado en la Sagrada Liturgia” y reconoció que “como liturgista en España me siento deudor del magisterio de Don Julián”. El responsable diocesano de Liturgia ofreció unas breves notas biográficas para enmarcar la figura del obispo de León desde “la vocación sacerdotal primero y la vocación litúrgica después” de quien “nacía en Toro el 21 de abril de 1945, cuando la Iglesia entera celebraba la memoria de San Anselmo, quizá toda una premonición porque decir San Anselmo, para un gran número de liturgistas, es hablar de nuestra alma mater”. Desde una incipiente vocación litúrgica que Luis García situó “en un contexto social y eclesial difícil, con los cambios del Concilio Vaticano II y el potsconcilio al rojo vivo” la participación en los cursos litúrgico del Monasterio benedictino de Montserrat, referente del movimiento y la renovación litúrgica en España” marcaron esa senda hacia la liturgia que se confirmó definitivamente con el estudio en el Pontificio Instituto Litúrgico de “San Anselmo” de Roma a partir de 1970 hasta lograr el doctorado en Sagrada Liturgia en 1975 “cuando se estaba actuando la reforma litúrgica, en un momento único y privilegiado en la Historia de la Liturgia de la Iglesia”. Además, desde su perspectiva como director del secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia, Luis García quiso subrayar de manera especial el hecho de que “en este año 2020 se cumplen los 15 años de presidencia de Don Julián al frente de esa Comisión Episcopal de Liturgia, un hecho absolutamente insólito, ningún otro obispo ha presidido tantos años una Comisión Episcopal en la Conferencia Episcopal Española”.

SERVICIO PASTORAL EN LA DIÓCESIS

Y tras esta referencia específicamente litúrgica, este acto de presentación del número extraordinario de la revista ‘Studium Legionense’ incorporó la intervención del vicario general de la Diócesis, Florentino Alonso, quien ofreció una amplia reseña sobre “el servicio pastoral de Mons. Julián López Martín en la Diócesis de León”. En su repaso sobre ese servicio pastoral el vicario general recordó que “Don Julián López Martín, tras su etapa de ocho años como obispo de Ciudad Rodrigo, era nombrado el día 19 de marzo de 2002 por el Papa Juan Pablo II como obispo de León y el día 28 de abril de ese mismo año hacía su entrada en esta sede episcopal legionense para ponerse al servicio de esta Iglesia local de León, y desde entonces han transcurrido ya casi dieciocho años presididos por el celo pastoral, preñados de servicio y entrega, tejidos día a día por un trabajo infatigable y la preocupación por todas y cada una de las realidades que conforman nuestra vida y nuestra realidad diocesana, y en desvelo por estas tierras y por sus gentes; en su mente y en su corazón de pastor han estado siempre presentes los sacerdotes, los diáconos, los religiosos y religiosas, los seminaristas y los laicos, en un palabra, todos los que formamos esta querida Diócesis de León”. A lo largo de su intervención, el vicario general Florentino Alonso analizó “los tres quinquenios y los tres planes pastorales aprobados por nuestro obispo y que han marcado las líneas motrices de su ministerio eclesial entre nosotros” y remarcó algunos de los hitos más destacados en estos ya casi dieciocho años, además de repasar las realizaciones diocesanas en estas ya casi dos décadas, entre las que destacó: la ordenación episcopal de Don Jesús Fernández, anterior vicario general, como obispo auxiliar de Santiago de Compostela en 2014, la ordenación de 23 nuevos sacerdotes y 4 nuevos diácono permanente, y la desaparición de 134 sacerdotes; la aplicación de las propuestas del Sínodo Diocesano de 1995; la participación de dos visitas ad límina a Roma; la reordenación de los arciprestazgos y la planta diocesana y la creación de las unidades pastorales y los centros de atención pastoral; la realización por dos veces de la visita pastoral a todas y cada una de la parroquias de la Diócesis; la erección en 2007 del nuevo Seminario Diocesano misioenro Redemptoris Mater ‘Virgen del Camino’ y la creación de la Escuela de Formación Teológico-Pastoral ‘Beato Antero Mateo’; la preocupación por los sacerdotes con la Residencia Sacerdotal Virgen del Camino y la Residencia de asistidos Juan Pablo II, inaugurada en 2010; o el impulso del Diaconado Permanente.

Tras estas semblanzas, era el propio obispo Don Julián López quien cerraba este acto de presentación del número extraordinario de la revista ‘Studium Legionense’ con un irónico recordatorio “a aquella frase que ya decía mi madre, Dios me libre de la hora de las alabanzas” para, a continuación agradecer la publicación de este número especial de la revista y decir “gracias y gracias, por elevación, a Dios Padre, que me he hado el don de la vida, el don de la vocación, el don del ministerio y el don del Pueblo de Dios, pensando en los feligreses de aquella pequeña parroquia, de la única de la que he sido titular en mi vida, de la que sólo queda en este momento la Iglesia en pie, que estaba junto a unas lagunas y que de aquellas tenía 39 habitantes, de la única parroquia de la que yo he sido titular, donde aprendí mucho, Otero de Sariegos”. “Debo dar muchas gracias a Dios” y, emocionado, Julián López concluyó asegurando que “debo dar gracias a mis padres, ellos fueron mis primeros y fundamentales formadores, no tanto por lo que me decían, sino por lo que yo veía en ellos, y a tantas personas a quienes tengo que estar agradecido, y de mi pueblo, Toro, del que me siento muy orgulloso”.

Oramos como Seminario para que el Señor cuide y conserve a D Julián y pueda servir a la Iglesia mucho tiempo mas.