Con ocasión de la Campaña del Día del Seminario compartimos con vosotros la alegría y la ilusión ante la noticia de nuevos ministerios que Dios mediante celebraremos este sábado, 18 de marzo, a las 13 h en la iglesia de nuestro Seminario, a los que por supuesto estáis todos invitados. Ante esta gran noticia aquí tenéis a continuación el testimonio de los que van a recibir los ministerios este sábado.
ANTE LAS PUERTAS DEL ACOLITADO
Testimonio vocacional
“Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron donde él.
Instituyó doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar”
Mc 3,13-14
Soy Javier, seminarista; actualmente estoy en la etapa de formación llamada “configuradora”, y finalizo los estudios Eclesiásticos en nuestro Instituto Teológico.
El pasaje del evangelio que ilumina mi testimonio da cuenta de la experiencia vivida en el seminario: Jesús invita, no a los sobresalientes ni a los muy listos… es más, no pide un currículo, solo espera: escucha, disponibilidad, servicio y conversión. Estas actitudes son las semillas, que al retoñar, necesitan de un tiempo para que maduren… Jesús lo llama “estar con él”, son los años de preparación y maduración de la llamada, con un acento especial en comunidad, una familia que no es perfecta pero que está en ello; y con un fin “enviarlos a predicar” trabajar juntos en la Misión.
Ahora que se acerca el momento de recibir el ministerio del Acolitado, doy gracias a la Iglesia diocesana de León porque va confirmando la llamada del Señor a pesar de mis fragilidades, cansancios, miedos… realidades que a diario pongo en la oración. Lo mejor de estos años es que Él no me ha dado respuestas, sino que me ha desafiado una y otra vez a responder con valentía y renovar mi Sí, te seguiré, porque no vales la pena, vales la VIDA.
Y tú, hoy es el día, no esperes otro para preguntarte: ¿Y si Jesús me llamara a vivir más de cerca su Misión, qué le respondería?
Javier Cortés Torres (6º E.E.)
ANTE LAS PUERTAS DEL LECTORADO
Testimonio vocacional
“Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar,
para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena”
2 Tim 16-17
Un año más, un año menos, pero no un año igual. En este camino vocacional que el Señor me propone, en estos días, me pide que renueve mi “sí” ante Él y ante toda la Iglesia. El año pasado en la fiesta de san José, recibí el Rito de Admisión al Sagrado Orden, este año, gracias a la ayuda que Dios me va proporcionando, recibiré el Ministerio del Lector. Un Ministerio que me exige poner la Palabra de Dios en el centro de mi vida, no solo escuchándola y poniéndola en práctica, sino proclamándola para prestar mi voz, como instrumento, para enseñar, educar y santificar a todo el Pueblo de Dios.
Es un nuevo compromiso que me exige ser capaz de trasmitir, con mi vida, con mis obras y con mis acciones, un profundo amor por la Escritura. Una exigencia que se traduce en una adecuada preparación de la liturgia, así como buscar la participación de los fieles, para lograr que estos se alimenten del único que tiene palabras de vida eterna (Jn 6, 68). Si es exigencia, es esfuerzo, compromiso y, por tanto, un camino que no es sencillo, pero que he afrontado con alegría y paciencia, en un año marcado también por la finalización del Grado en Historia del Arte.
También ha habido caídas, baches, piedras (a veces montañas), pero mi experiencia me dice que Dios nunca abandona, que siempre tiende su mano a aquel que lo solicita, a pesar de nuestras debilidades. Una ayuda mediada a través del seguimiento de mis formadores, la compañía de mis hermanos seminaristas, el cariño de los de mi pueblo (Cistierna), los sacerdotes, amigos del instituto y del barrio, profesores… y de mi familia por supuesto. Os pido a todos que recéis por mí y por mis otros cuatro compañeros que recibirán algún ministerio, para que el Señor, a través de vosotros, nos siga sosteniendo.
José Ramón Gago Bayón (4º E.E.)
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