viernes, 26 de agosto de 2011

Mi experiencia en la JMJ Madrid 2011


¡ Querid@s amig@s !

Es un verdadero placer escribiros de nuevo.
Como sabéis, recientemente he estado en Madrid junto a muchos de vosotros celebrando la JMJ. La verdad es que han sido unos días inolvidables: días de calor (mucho calor), de dormir poco, de comer regular, y de hacer muchas colas en el metro....
Pero, sobre todo, ¡han sido días que han merecido la pena! Benedicto XVI ha estado entre nosotros para celebrar la JMJ y eso es causa de verdadera alegría, y  una Bendición del Señor: haber vivido esta experiencia en nuestro propio suelo, España, con herman@s en la Fe de muchos países... ha sido pues una verdadera fiesta de Fe Católica, Universal.

La presencia de Benedicto XVI viene a satisfacer las inquietudes que todo joven lleva en su corazón: ¿qué sentido tiene la vida? ¿A dónde vamos? ¿Cuál es nuestro caminar en este mundo? El Santo Padre nos ha demostrado que el mensaje cristiano sigue siendo hoy tan  joven, actual, y novedoso como hace 2.000 años.
En Cristo-Jesús, descubrimos que el Señor es Padre Bueno. Dios no es un "Motor Inmóvil" o una "causa incausada" que origina el Universo, como decía Aristóteles... ante todo y sobre todo, es Padre y es Bueno, es un Dios personal que se preocupa por cada uno de nosotros; y con gozo descubrimos que nos ama, tanto es así que decidió asumir nuestra naturaleza, y hacerse uno como nosotros, con todo lo que ello implica; compartió nuestras inquietudes, y experimentó el cansancio y el dolor... y por su muerte y resurrección vino la salvación al mundo. Pero no nos dejó solos: él se queda siempre presente en la Eucaristía.

Querid@s amig@s, la visita del Santo Padre ha sido causa de alegría en los corazones de todos nosotros, y para mi, en lo personal, ha sido un gran apoyo moral, y una renovadora fuerza vocacional, pues me encuentro en el camino al sacerdocio, y creo que esta ha sido una experiencia vital, religiosa, humana, y fraternal que sin duda será decisiva para mi vida, y para mi vocación... Como el Santo Padre dijo en su homilía durante la Celebración Eucarística con los seminaristas en la Almudena, "la alegría del mensaje Cristiano no puede ser guardada para uno mismo, y ha de ser dada a conocer". Por eso con gran gozo comparto esta experiencia personal con vosotros.

Quisiera terminar con una invitación a la oración: Queridos herman@s, pidamos por los frutos de esta JMJ, pidamos por el Santo Padre el Papa Benedicto XVI, y también pidamos, cómo no, por todos aquellos que por unas razones u otras se han apartado de la Fe, y se han alejado de Cristo y de la Iglesia… que ellos también puedan acogerse al Amor infinito de Dios, y que seamos un solo Rebaño con un solo Pastor. Nos encomendamos a la filial protección de nuestra Madre, la Virgen María.

¡¡Un abrazo para tod@s!! Seguiremos en contacto

Guillermo Álvarez Rodríguez

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