jueves, 22 de diciembre de 2022

 

                 

                                                                 Feliz Navidad




miércoles, 9 de noviembre de 2022

LIV Jornadas de Teología

 LA ORACIÓN EN UN MUNDO SIN DIOS


Luego de el receso obligado por la pandemia del Covid-19, la UPSA vuelve a retomar las jornadas de teología con los estudiantes de la facultad y centros afiliados. 

El Aula Magna congregó a los participantes, quienes tuvimos la oportunidad de escuchar seis ponencias sobre el tema de la oración y su abandono/relación con un mundo que prescinde de ella ya sea por decisión o por desconocimiento. Ante esta realidad, la Iglesia tiene algo qué decir, y ese es el objetivo sobre el que giraron los conferenciantes.

Se valora el presentar una serie de reflexiones fundamentadas en la Antropología actual, la Eclesiología, la Escritura y la misma reflexión teológica, pero unido a ello, la vivencia; la sociedad y el hombre necesita una teología pastoral, que le lleve a la lectura de la realidad que vive y de ahí a descubrir en Cristo la luz que ilumina e invita a salir en servicio a los demás. 

De nuestro seminario participaron los estudiantes  de Teología José Ramón Gago 4EE y Javier Cortés 6EE. Agradecemos a los directivos del ISTAL por su interés en estos eventos que fortalecen el espíritu académico y pastoral. 



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domingo, 23 de octubre de 2022

DOMUND/2022 "Seréis mis testigos"

 



miércoles, 19 de octubre de 2022

Ingreso formal al seminario Conciliar "San Froilán" de Fernando acompañado de formadores y seminaristas " Ermita de la virgen de Gracia"

 


lunes, 17 de octubre de 2022

Seminario Redemptoris Mater Y Seminario Conciliar San Froilán Teólogos vs. Filósofos 2022 " Filósofos ganadores"

 


domingo, 16 de octubre de 2022

Ejercicios Espirituales de los Seminarios de Astorga y León en el monasterio San Isidro de Dueñas.

 





lunes, 23 de mayo de 2022

VIDA NUEVA


La última revista de Vida nueva, debería ser para quien se está formando al sacerdocio, y para los que ya lo son,  un texto a meditar concienzudamente. Para empezar, resultan una serie de fechas coincidentes que involucran actividades en los seminarios: San Juan de Ávila Patrono del Clero español, la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones, el mes mariano… Digo que resultan coincidentes, porque en la práctica, en cuanto a festejos y campaña, nos volcamos sobre actividades para hacer de esos días algo diferente y especial; en estas fecha reconocemos, en sus bodas de oro y plata, a quienes han dado su vida en el ejercicio del sacerdocio; con discursos y otros recursos ensalzamos la memoria de un visionario como Juan de Ávila en su afán por formar a los futuros pastores… y me pregunto si sacamos un tiempo para reflexionar los por qué y no tanto ¿qué hacer…?

Junto a la devoción, está la realidad que no podemos ver solamente desde las ventanas de la casa. El llamado del papa Francisco a formar pastores misioneros “con olor a oveja” no es solo un slogan. Alentar, apacentar, caminar, alegrar, son acciones que sino se cultivan en el seminario, no fruto solo de cátedras y discursos, sino de la sencillez cotidiana, creo yo, se quedan en bonitas palabras. “El seminario no es una fábrica para hacer sacerdotes…” dice D Lazzaro You Heung – sik, Prefecto de la Congregación para el Clero, desde junio de 2021, en entrevista para esta revista. El seminario debe ser el lugar de la escucha y el discipulado, generador de la sinodalidad como actitud. 

¿A qué nos reta el seminario hoy?, “pretender ser otro Cristo limitándose a ser un administrador de ritos, regulador de la vida moral de otros, activista ideológico o animador sociocultural, conllevaría a caricaturizar, de una u otra manera, el ministerio ordenado y a desdibujar a ese cura al servicio de un mundo herido y una Iglesia lesionada que necesitan ser sanados”. Reto: necesitamos tener más lavadores de pies, y menos funcionarios administradores. 


Javier Cortés T. 5 EE.

1 REVISTA VIDA NUEVA, Nº 3269. 7-13/5/2022.

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viernes, 13 de mayo de 2022

Experiencia Semana Santa (Fernando)

 

Christus Resurrexit Alleluia

 

            Desde niño siempre había soñado poder ver y participar en una procesión de la Semana Santa en España, pues había escuchado que las procesiones de Sevilla “había que verlas”. El Internet, en este caso Youtube, nos adentra y hace participes en cierta medida de lo que puede ser una Semana Santa en esta tierra, pero, definitivamente, hay que vivirla.

            Gracias a Dios que los niveles tan bajos de transmisión de la pandemia han dado una brecha para poder celebrar esta Semana Santa 2022 en León. Estoy seguro de que, hasta el último momento y siguiendo los consejos de sanidad, los leoneses han esperado con esperanza, ansiedad y fervor religioso este tiempo litúrgico donde celebramos la Pascua y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

            He tenido el privilegio de pasar esta Semana Santa en el Seminario, ubicado en el corazón de la ciudad, y lugar por excelencia por donde pasan la mayoría de los pasos de las muchas cofradías que conforman y participan en esta celebración. Las ventanas laterales y los balcones de este imponente edificio me han proporcionado una vista panorámica, y casi excepcional, de esta festividad. Desde aquí, y en las calles, he podido contemplar y darme cuenta de las tantas facetas que conforman esta tradición religiosa.

            Simultáneamente, a lo largo y ancho, se celebran misas en las iglesias en las que la realidad es totalmente diferente. Celebraciones casi vacías, donde no se ven, como en las procesiones, niños y jóvenes, ni con el mismo fervor y entusiasmo. He participado en diferentes iglesias incluyendo la Catedral y la basílica de San Isidoro y me percato de la misma y abrumadora realidad. Sera que nos hemos quedado en el folklore, en lo exterior, en el resonar de las trompetas y los tambores, o nos hemos olvidado verdaderamente del sentido único de la Eucaristía como fuente y culmen de toda la vida cristiana.

            Sin más quiero mencionar el enorme esfuerzo, sacrificio y dedicación que ponen todas las personas que hacen posible esta celebración. Desde los que cargan en sus hombros cansados y agobiados estas enormes tallas de madera, hasta los que preparan detrás del telón esta sobrecogedora puesta en escena, que debería servir no como alternativa popular a la liturgia de las iglesias, sino como catequesis en las calles que lleve y mueva a participar en ella.

            Cristo ha resucitado aleluya.

 

Fernando Figueredo Figueredo

 

miércoles, 11 de mayo de 2022

"Dia de Campo" del CSET 2022

Aquí os dejamos algunas de las fotos del Dia de Campo del CSET 2022:


Visita Guiada en Villafranca del Bierzo


Colegiata de Villafranca



Cacabelos


Ermita de san Froilán de Ruitelán


SER MAESTROS DE LA VIDA DEL ESPÍRITU

 

ANTE UNA SOCIEDAD SECULARIZADA Y AUTOSUFICIENTE,

SER MAESTROS DE LA VIDA DEL ESPÍRITU

 

La última jornada de la formación permanente del clero en nuestra diócesis tuvo como invitado a D Ángel Cordovilla, quien expuso una acertada reflexión sobre el ministerio sacerdotal para nuestros tiempos Teología y espiritualidad del ministerio presbiteral’.

 

Me parece importante socializar algo de este encuentro ya que quienes nos preparamos para el sacerdocio debemos creer que hoy vale la pena esta llamada del Señor, superando el deseado “activismo pastoral del seminarista”, y centrando mas nuestra formación en ser maestros de la escucha, del silencio fecundo, de la alegría del Evangelio, de la humildad del discípulo, en contracorriente con el mundo. Si quiero vivir como vive el mundo no tiene sentido el seguimiento del Señor, ni tampoco si es en las nostalgias de otros tiempos.

 

D Ángel centró su exposición en el tipo de espiritualidad que hoy debe cultivar el presbítero diocesano, que no es una sola, sino la suma de una sinergia que configura el corazón: espiritualidad de la diáspora; espiritualidad de comunión y fraternidad; espiritualidad encarnada y secular; espiritualidad de discípulo; espiritualidad apostólica; espiritualidad de la Palabra; espiritualidad eucarística;  espiritualidad pastoral y espiritualidad de la vida cotidiana.

 

Al final de esta valiosa reflexión, animó a los presentes a llenarse de ilusión “la vocación sacerdotal no está llamada a desaparecer”, somos quienes debemos dar testimonio de la alegría de esta vocación con nuestra fe y nuestra esperanza. Este es el camino para que surjan nuevas vocaciones entre los jóvenes hoy, hombres felices siguiendo al Señor.

 





Javier Cortés T. 5 E.E.

EL MINISTERIO DEL LECTOR

 

EL MINISTERIO DEL LECTOR

 

El Ministerio del lector es fundamental para nuestras celebraciones litúrgicas. Como lo declaró el Concilio Vaticano Segundo “La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor, no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a los fieles el pan de vida, tanto de la palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo, sobre todo en la Sagrada Liturgia”. (Dei Verbum, No. 21). De la mesa de la Palabra se ilumina y tiene sentido la comunión en la mesa eucarística; de cada una de estas mesas somos nutridos y recibimos el pan de vida. Por ello, la proclamación efectiva de la Palabra es una parte esencial de toda la celebración.

 

Los lectores son ministros, no solamente lectores. Al igual que el sacerdote y otros ministros, funcionan como canales a través de los cuales Dios encuentra a su pueblo, especialmente en la Palabra proclamada y enseñada; hombres de fe y servidores del pueblo de Dios.

 

Para mi, que he recibido este encargo de la Iglesia, es una alegría ser portador de este don; a pesar de mi fragilidad, siento la fuerza del Espíritu que me impulsa a profundizar en la Palabra diariamente, para que se haga vida en mí, y sea testimonio de ella en el mundo.

 

Gracias al Señor que me llama; gracias a la Iglesia que confía en mí, en cabeza de D Luis Ángel, mi obispo; gracias a la comunidad del Seminario que me ha acompañado en este itinerario; y gracias a las comunidades y amigos que con su cercanía y confianza siempre están solícitos en la acogida pastoral del Evangelio. 

 



Javier Cortés T. 5 E.E.

miércoles, 4 de mayo de 2022

CON MOTIVO DE LA INSTITUCIÓN DE MINISTERIOS

 

León, 3 de mayo de 2022.

           

            Queridos hermanos en Cristo:

            El curso académico y pastoral va tocando a su fin. Elevemos juntos una acción de gracias al Señor porque, pese a todas las dificultades, hemos podido recuperar buena parte de la normalidad que nos había extirpado la situación de pandemia.

            Como seguramente ya sabes, el cuarto domingo de la Pascua es conocido como el “Domingo del Buen Pastor”, ya que Jesús se llama así en el relato evangélico. En este domingo, confluyen la Jornada de Oración por las vocaciones y la Jornada de las vocaciones nativas. Este año, las instituciones organizadoras de esta doble campaña eclesial nos proponen el lema “Deja tu huella, sé testigo”. En el marco vocacional de la Jornada, van a recibir los ministerios laicales del lectorado y del acolitado, tres hermanos nuestros, que se han decidido a seguir las huellas del Maestro y a ser sus testigos en este mundo y en este tiempo: 

 

Miguel Manuel Lescún Lage, candidato al diaconado permanente, recibirá el Ministerio del Acolitado 

Marco Pulvirenti, seminarista del Seminario Redemptoris Mater “Virgen del Camino” de León, recibirá el Ministerio del Lectorado.

Javier Eduardo Cortés Torres, seminarista del Seminario Conciliar San Froilán de León, recibirá el Ministerio del Lectorado.

            La celebración, presidida por el Sr. Obispo será, D.m., el sábado 7 de mayo a las 11 en la Capilla Mayor del Seminario San Froilán. Os invitamos a que les tengáis presentes en vuestras oraciones y si deseáis acompañarles en la Eucaristía, sois bienvenidos

           

            Recibid un cordial y afectuoso saludo en nombre del Sr. Obispo y de los equipos de formadores y los seminaristas de ambos seminarios diocesanos.

 

 

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viernes, 29 de abril de 2022

Testimonio Misionero IEME

    El pasado miércoles tuvimos la visita de dos misioneros del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME).

    Se trataba de los sacerdotes diocesanos Luis Carlos y Miguel Ángel, pertenecientes a las diócesis de Burgos y Cuenca, respectivamente; y asociados al Instituto.

    Junto con nuestros compañeros del seminario diocesano de Astorga pudimos compartir con ellos la experiencia de la Iglesia misionera. Especialmente abierta a la misión ad gentes, pero con ese matiz diocesano que caracteriza al IEME.

    Ha sido una experiencia y testimonio gratificante y enriquecedor que nos ayuda a abrir los horizontes y perspectivas a la hora de conocer y amar a la Iglesia universal y a su única misión de evangelizar.












 

jueves, 28 de abril de 2022

Experiencia Pastoral del Triduo Pascual (Javier)

 

   Las Santas tradiciones vuelven al Valle de Sabero 

    Poco a poco, y con gran ilusión, los pueblos de la UPA del Valle de Sabero despertaron de un forzado receso, con alegría y muchos deseos de revivir lo que han sido las tradiciones Santas de la Semana Mayor.

    D Manuel, párroco, junto con Nieves y Rafa, José Lamas, Ramonita y su esposo Javier, José, Lolo, Ana y Jaime, Santi, Alfredo y Ramona, Tanis, Lete, Mila y Daci y muchos mas, en cada pueblo, prepararon no solo “las cosas de la iglesia”, sino también el ambiente y sus corazones en esos días santos. Todos pusieron de su parte, respondieron al llamado, se unieron, y este es el signo mas grande fruto de la Resurrección: la siempre envidiable unión y apoyo de los vecinos. El domingo de Ramos, el Triduo santo con las celebraciones y la Vigilia Pascual revitalizaron la fe tan golpeada por el encierro. Es de destacar el Viacrucis viviente en Olleros, donde multitudes de personas participaron con respeto y devoción. Así mismo en otros pueblos el rosario cantado de la buena muerte, las coplas en el día del encuentro, todo ello con el deseo mas grande de unirse en este “tiempo de Dios”.

    Por mi parte, he vivido una de las experiencia más ricas en mi formación, no solo por la actividad realizada en el triduo, sino porque estas queridas gentes me hicieron sentir uno mas que forma parte de sus comunidades, ya no en la expectativa de quién soy, sino en contar conmigo entre ellos. Es verdad que ya son siete meses de compartir, y he disfrutado la experiencia, pero también siento un compromiso mayor en lo afectivo y pastoral, que me anima a seguir diciéndole al Señor: Sí, hágase tu voluntad, dónde tú quieras Jesús.



 

Misas Vocacionales Tercer Trimestre


 

martes, 26 de abril de 2022

Los sacerdotes...esos hombres

ESOS HOMBRES que suben solos a los altares y bajan con todos a la calle y a las plazas.

SON ESOS HOMBRES que para algunos son los que siempre tienen razón. Y que para otros, son los que tienen la culpa de todo.
Y, en realidad, no son más que ESOS HOMBRES.

SON ESOS HOMBRES que se metieron en le lío descomunal de querer continuar nada menos que la obra de Cristo y... claro, tantas veces lo hacen mal.
Porque no son más que.... ESOS HOMBRES.

SON ESOS HOMBRES que se han metido a redentores y a quienes el pueblo, aún el cristiano, sigue crucificando como a Cristo.
Esta vez, quizás, no sin motivo.
Porque no son Cristo, sino solamente... ESOS HOMBRES.

SOLAMENTE ESOS HOMBRES que no bajaron del cielo y que han nacido con tantos defectos como los demás hombres, pero que, con más buena voluntad que acierto en muchos casos, se han metido o ejercer un oficio que es más que para hombres.
Y no son más que... ESOS HOMBRES.

SON ESOS HOMBRES que han prescindido de tener una esposa, un hogar e hijos propios.
Nos han adoptado corno su familia, y nos han puesto en los brazos todo el Pan y todo el Perdón de Dios. y no son más que... ESOS HOMBRES.

SON ESOS HOMBRES que se han metido en el lío de dar testimonio de vida, enseñar a nuestros hijos, aconsejar a los mayores, consolar a los apenados, comprender y perdonar nuestros pecados, preparar a los moribundos y consolar a sus seres queridos, pedir perfección a los cristianos... sabiendo que ellos hacen tantas cosas mal y son como nosotros, también pecadores.
Sabiendo que no son más que ESOS HOMBRES.

SON ESOS HOMBRES que tantas veces quieren pedirnos perdón a los cristianos, a todos los hombres, por lo mal que a veces manejan
las enormes y estupendas cosas de Dios...

SON ESOS HOMBRES que nos piden que tengamos un poco de paciencia con ellos, y que recemos mucho, hoy y siempre, pero especialmente hoy...

Por ellos...PORQUE NO SON MÁS QUE...
ESOS HOMBRES.

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martes, 22 de marzo de 2022

Presencia en los Colegios

Además de las actividades concretas de difusión vocacional de estos días, también compartimos con todos vosotros la experiencia que hemos vivido y compartido en varios colegios de la diócesis. En concreto, además de la habitual presencia en el colegio Discípulas de Jesús, en el que continuamos quincenalmente acudiendo para orar y compartir, esta semana, como es tradicional, hemos acudido al colegio Peñacorada.

Todas las campañas de seminario desde hace muchos años se acude entorno al día de san José a comer y compartir con los niños y jóvenes de colegio, dando testimonio de nuestras experiencia vocacional y vida de fe.

Damos gracias a ambas instituciones por acogernos y abrirnos sus puertas para que podamos compartir con los mas pequeños la realidad de nuestras vidas en este camino de discernimiento hacia el sacerdocio.












Cine para Niños "El Medallón Perdido"


En el contexto de la semana del seminario, el pasado viernes tuvo lugar la proyección de "El Medallón Perdido". Una película infantil de aventuras con un trasfondo de valores cristianos. 
Vinieron al seminario muchos niños y niñas a disfrutar de la proyección, que además contó con el testimonio de la hermana Florentina, misionera y de nuestro compañero José Ramon. 
Para finalizar el encuentro, los seminaristas del Redemptoris Mater cantaron la canción "Laudato si".
Así finalizó una gran experiencia vocacional para los más pequeños de las parroquias, colegios, cofradías y grupos que nos acompañaron.








 

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viernes, 18 de marzo de 2022

Eucaristía y Oración Vocacional

Eucaristía y Oración Vocacional


En el marco del Día del Seminario 2022  ayer, jueves vacacional, celebramos la eucaristía y oración por las vocaciones sacerdotales. 

La celebración fue presidida por nuestro obispo Luis Ángel y contó con la participación de los seminaristas, formadores, familiares y amigos que, unidos con un mismo, sentir rezamos por nuestras y por todas las vocaciones al ministerio ordenado.

Queremos agradecer a todos vuestra participación, oración y ayuda.

Aquí os dejamos algunas fotos de la celebración:














 

miércoles, 16 de marzo de 2022

Entre Todos en Iglesia en León





 

martes, 15 de marzo de 2022

CON MOTIVO DE LA ADMISIÓN A LAS SAGRADAS ÓRDENES

Os comunicamos con alegría que nuestro Obispo diocesano, D. Luís Ángel, conferirá la Admisión a las Sagradas Órdenes a cuatro seminaristas de nuestros seminarios diocesanos:


GENARO CABRERA

JOSÉ RAMÓN GAGO BAYÓN

RICARDO NÚÑEZ GÓMEZ

ROMMEL SINBAÑA CONDOR


Este rito marca el paso de la Etapa Discipular a la Etapa Configuradora según el Plan de Formación Sacerdotal “Formar Pastores Misioneros”, que estamos aplicando ya en los itinerarios formativos de nuestros seminarios. Para estos jóvenes que serán admitidos, Dios mediante, a las Sagradas Órdenes, comenzará una nueva etapa en la que “la formación se concentra en el proceso de configuración del seminarista con Cristo, Pastor y Siervo, para que unido a Él, pueda hacer de la propia vida un don de sí para los demás” (PFS, nº 307).

Recibirán la Admisión en el marco de la Eucaristía de la solemnidad de San José que presidirá nuestro Obispo, el próximo sábado 19 de marzo a las 13 horas, en la Capilla Mayor del Seminario Conciliar San Froilán. Si queréis acompañarles, o algunos de vuestros feligreses desean hacerlo, seréis bienvenidos. También podrá seguirse en directo la celebración por el canal diocesano de Youtube.

Os pedimos que les acompañéis, desde ahora, con vuestra oración y la de vuestras comunidades, a las que podéis hacer partícipes de esta esperanzadora noticia.

 

            Un saludo afectuoso en Jesucristo Buen Pastor.

 

  

LOS RECTORES DEL SEMINARIO REDEMPTORIS MATER “VIRGEN DEL CAMINO”

Y DEL SEMINARIO CONCILIAR “SAN FROILÁN” DE LEÓN

 

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miércoles, 9 de marzo de 2022

II Concurso de Dibujos Cofrades

El Grupo de Jóvenes Papones de la Junta Mayor de la Semana Santa de León, en colaboración con nuestro Seminario San Froilán, organiza el II Concurso de Dibujos Cofrades.

Aquí os dejamos los dos carteles, con toda la información necesaria para participar.




martes, 1 de marzo de 2022

PROGRAMACIÓN DÍA DEL SEMINARIO 2022

 

“Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino”

 

JUEVES 17 DE MARZO

 

EUCARISTÍA Y ORACIÓN VOCACIONAL PRESIDIDA POR EL SR. OBISPO.

Capilla Virgen del Camino, S.I. Catedral de León, 18 h.

 

VIERNES 18

 

CINE PARA NIÑOS “EL MEDALLÓN PERDIDO”

Salón de Actos Seminario San Froilán, 18 h.

Entrada libre hasta completar aforo.

 

SÁBADO 19

 

EUCARISTÍA CON RITO DE ADMISIÓN A ÓRDENES DE SEMINARISTAS

Capilla Seminario San Froilán, 13 h.

Puede seguirse por el canal diocesano de YouTube

 

VIGILIA VOCACIONAL DE LA ADORACIÓN NOCTURNA

Basílica de San Isidoro, 23 h.

 

DOMINGO 20

 

DIFUSIÓN, ORACIÓN Y COLECTA, EN LAS PARROQUIAS

 

JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS SEMINARIO REDEMPTORIS MATER

18 h., Carretera de Asturias, 204.

 

 

 

 

ORGANIZAN: DELEGACIÓN DIOCESANA DE COMUNIÓN FRATERNA

                        SEMINARIOS DIOCESANOS DE LEÓN

                        MISIONES Y COOPERACIÓN CON LAS IGLESIAS DE LA DIÓCESIS DE LEÓN

Cartel Día del Seminario 2022


 

Cuaresma 2022

 

«No nos cansemos de hacer el bien»

El papa Francisco ha hecho público hoy, jueves 24 de enero, su mensaje para la Cuaresma 2022. El Pontífice invita a reflexionar en este camino cuaresmal sobre la exhortación de san Pablo a los gálatas: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a).

Texto íntegro del Mensaje del Papa para la Cuaresma 2022

Queridos hermanos y hermanas:

La Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado. Para nuestro camino cuaresmal de 2022 nos hará bien reflexionar sobre la exhortación de san Pablo a los gálatas: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad (kairós), hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a).

1. Siembra y cosecha

En este pasaje el Apóstol evoca la imagen de la siembra y la cosecha, que a Jesús tanto le gustaba (cf. Mt 13). San Pablo nos habla de un kairós, un tiempo propicio para sembrar el bien con vistas a la cosecha. ¿Qué es para nosotros este tiempo favorable? Ciertamente, la Cuaresma es un tiempo favorable, pero también lo es toda nuestra existencia terrena, de la cual la Cuaresma es de alguna manera una imagen [1]. Con demasiada frecuencia prevalecen en nuestra vida la avidez y la soberbia, el deseo de tener, de acumular y de consumir, como muestra la parábola evangélica del hombre necio, que consideraba que su vida era segura y feliz porque había acumulado una gran cosecha en sus graneros (cf. Lc 12,16-21). La Cuaresma nos invita a la conversión, a cambiar de mentalidad, para que la verdad y la belleza de nuestra vida no radiquen tanto en el poseer cuanto en el dar, no estén tanto en el acumular cuanto en sembrar el bien y compartir.

El primer agricultor es Dios mismo, que generosamente «sigue derramando en la humanidad semillas de bien» (Carta enc. Fratelli tutti, 54). Durante la Cuaresma estamos llamados a responder al don de Dios acogiendo su Palabra «viva y eficaz» (Hb 4,12). La escucha asidua de la Palabra de Dios nos hace madurar una docilidad que nos dispone a acoger su obra en nosotros (cf. St 1,21), que hace fecunda nuestra vida. Si esto ya es un motivo de alegría, aún más grande es la llamada a ser «colaboradores de Dios» (1 Co 3,9), utilizando bien el tiempo presente (cf. Ef 5,16) para sembrar también nosotros obrando el bien. Esta llamada a sembrar el bien no tenemos que verla como un peso, sino como una gracia con la que el Creador quiere que estemos activamente unidos a su magnanimidad fecunda.

¿Y la cosecha? ¿Acaso la siembra no se hace toda con vistas a la cosecha? Claro que sí. El vínculo estrecho entre la siembra y la cosecha lo corrobora el propio san Pablo cuando afirma: «A sembrador mezquino, cosecha mezquina; a sembrador generoso, cosecha generosa» (2 Co 9,6). Pero, ¿de qué cosecha se trata? Un primer fruto del bien que sembramos lo tenemos en nosotros mismos y en nuestras relaciones cotidianas, incluso en los más pequeños gestos de bondad. En Dios no se pierde ningún acto de amor, por más pequeño que sea, no se pierde ningún «cansancio generoso» (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 279). Al igual que el árbol se conoce por sus frutos (cf. Mt 7,16.20), una vida llena de obras buenas es luminosa (cf. Mt 5,14-16) y lleva el perfume de Cristo al mundo (cf. 2 Co 2,15). Servir a Dios, liberados del pecado, hace madurar frutos de santificación para la salvación de todos (cf. Rm 6,22).

En realidad, sólo vemos una pequeña parte del fruto de lo que sembramos, ya que según el proverbio evangélico «uno siembra y otro cosecha» (Jn 4,37). Precisamente sembrando para el bien de los demás participamos en la magnanimidad de Dios: «Una gran nobleza es ser capaz de desatar procesos cuyos frutos serán recogidos por otros, con la esperanza puesta en las fuerzas secretas del bien que se siembra» (Carta enc. Fratelli tutti, 196). Sembrar el bien para los demás nos libera de las estrechas lógicas del beneficio personal y da a nuestras acciones el amplio alcance de la gratuidad, introduciéndonos en el maravilloso horizonte de los benévolos designios de Dios.

La Palabra de Dios ensancha y eleva aún más nuestra mirada, nos anuncia que la siega más verdadera es la escatológica, la del último día, el día sin ocaso. El fruto completo de nuestra vida y nuestras acciones es el «fruto para la vida eterna» (Jn 4,36), que será nuestro «tesoro en el cielo» (Lc 18,22; cf. 12,33). El propio Jesús usa la imagen de la semilla que muere al caer en la tierra y que da fruto para expresar el misterio de su muerte y resurrección (cf. Jn 12,24); y san Pablo la retoma para hablar de la resurrección de nuestro cuerpo: «Se siembra lo corruptible y resucita incorruptible; se siembra lo deshonroso y resucita glorioso; se siembra lo débil y resucita lleno de fortaleza; en fin, se siembra un cuerpo material y resucita un cuerpo espiritual» (1 Co 15,42-44). Esta esperanza es la gran luz que Cristo resucitado trae al mundo: «Si lo que esperamos de Cristo se reduce sólo a esta vida, somos los más desdichados de todos los seres humanos. Lo cierto es que Cristo ha resucitado de entre los muertos como fruto primero de los que murieron» (1 Co 15,19-20), para que aquellos que están íntimamente unidos a Él en el amor, en una muerte como la suya (cf. Rm 6,5), estemos también unidos a su resurrección para la vida eterna (cf. Jn 5,29). «Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre» (Mt 13,43).

2. «No nos cansemos de hacer el bien»

La resurrección de Cristo anima las esperanzas terrenas con la «gran esperanza» de la vida eterna e introduce ya en el tiempo presente la semilla de la salvación (cf. Benedicto XVI, Carta enc. Spe salvi, 3; 7). Frente a la amarga desilusión por tantos sueños rotos, frente a la preocupación por los retos que nos conciernen, frente al desaliento por la pobreza de nuestros medios, tenemos la tentación de encerrarnos en el propio egoísmo individualista y refugiarnos en la indiferencia ante el sufrimiento de los demás. Efectivamente, incluso los mejores recursos son limitados, «los jóvenes se cansan y se fatigan, los muchachos tropiezan y caen» (Is 40,30). Sin embargo, Dios «da fuerzas a quien está cansado, acrecienta el vigor del que está exhausto. […] Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, vuelan como las águilas; corren y no se fatigan, caminan y no se cansan» (Is 40,29.31). La Cuaresma nos llama a poner nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor (cf. 1 P 1,21), porque sólo con los ojos fijos en Cristo resucitado (cf. Hb 12,2) podemos acoger la exhortación del Apóstol: «No nos cansemos de hacer el bien» (Ga 6,9).

No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario «orar siempre sin desanimarse» ( Lc 18,1). Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa. Con la pandemia hemos palpado nuestra fragilidad personal y social. Que la Cuaresma nos permita ahora experimentar el consuelo de la fe en Dios, sin el cual no podemos tener estabilidad (cf. Is 7,9). Nadie se salva solo, porque estamos todos en la misma barca en medio de las tempestades de la historia [2]; pero, sobre todo, nadie se salva sin Dios, porque sólo el misterio pascual de Jesucristo nos concede vencer las oscuras aguas de la muerte. La fe no nos exime de las tribulaciones de la vida, pero nos permite atravesarlas unidos a Dios en Cristo, con la gran esperanza que no defrauda y cuya prenda es el amor que Dios ha derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (cf. Rm 5,1-5).

No nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida. Que el ayuno corporal que la Iglesia nos pide en Cuaresma fortalezca nuestro espíritu para la lucha contra el pecado. No nos cansemos de pedir perdón en el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, sabiendo que Dios nunca se cansa de perdonar [3].  No nos cansemos de luchar contra la concupiscencia, esa fragilidad que nos impulsa hacia el egoísmo y a toda clase de mal, y que a lo largo de los siglos ha encontrado modos distintos para hundir al hombre en el pecado (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 166). Uno de estos modos es el riesgo de dependencia de los medios de comunicación digitales, que empobrece las relaciones humanas. La Cuaresma es un tiempo propicio para contrarrestar estas insidias y cultivar, en cambio, una comunicación humana más integral (cf. ibíd., 43) hecha de «encuentros reales» ( ibíd., 50), cara a cara.

No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo. Durante esta Cuaresma practiquemos la limosna, dando con alegría (cf. 2 Co 9,7). Dios, «quien provee semilla al sembrador y pan para comer» (2 Co 9,10), nos proporciona a cada uno no sólo lo que necesitamos para subsistir, sino también para que podamos ser generosos en el hacer el bien a los demás. Si es verdad que toda nuestra vida es un tiempo para sembrar el bien, aprovechemos especialmente esta Cuaresma para cuidar a quienes tenemos cerca, para hacernos prójimos de aquellos hermanos y hermanas que están heridos en el camino de la vida (cf. Lc 10,25-37). La Cuaresma es un tiempo propicio para buscar —y no evitar— a quien está necesitado; para llamar —y no ignorar— a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar —y no abandonar— a quien sufre la soledad. Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 193).

3. «Si no desfallecemos, a su tiempo cosecharemos»

La Cuaresma nos recuerda cada año que «el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día» (ibíd., 11). Por tanto, pidamos a Dios la paciente constancia del agricultor (cf. St 5,7) para no desistir en hacer el bien, un paso tras otro. Quien caiga tienda la mano al Padre, que siempre nos vuelve a levantar. Quien se encuentre perdido, engañado por las seducciones del maligno, que no tarde en volver a Él, que «es rico en perdón» (Is 55,7). En este tiempo de conversión, apoyándonos en la gracia de Dios y en la comunión de la Iglesia, no nos cansemos de sembrar el bien. El ayuno prepara el terreno, la oración riega, la caridad fecunda. Tenemos la certeza en la fe de que «si no desfallecemos, a su tiempo cosecharemos» y de que, con el don de la perseverancia, alcanzaremos los bienes prometidos (cf. Hb 10,36) para nuestra salvación y la de los demás (cf. 1 Tm 4,16). Practicando el amor fraterno con todos nos unimos a Cristo, que dio su vida por nosotros (cf. 2 Co 5,14-15), y empezamos a saborear la alegría del Reino de los cielos, cuando Dios será «todo en todos» (1 Co 15,28).

Que la Virgen María, en cuyo seno brotó el Salvador y que «conservaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19) nos obtenga el don de la paciencia y permanezca a nuestro lado con su presencia maternal, para que este tiempo de conversión dé frutos de salvación eterna.

Roma, San Juan de Letrán, 11 de noviembre de 2021, Memoria de san Martín de Tours, obispo.

FRANCISCO


[1] Cf. S. Agustín, Sermo, 243, 9,8; 270, 3; Enarrationes in Psalmos, 110, 1.

[2] Cf. Momento extraordinario de oración en tiempos de epidemia (27 de marzo de 2020).

[3] Cf. Ángelus del 17 de marzo de 2013.